Tindaya: Entre el Mito y la Realidad, los Secretos de la Montaña Sagrada

Ubicada en Fuerteventura, Tindaya es un lugar de gran riqueza histórica, misterio y energía que parece salido de un sueño. Esta joya natural cautiva a quienes la visitan desde el primer momento, invitando a la reflexión y a la conexión con algo mucho más grande que nosotros mismos. En este artículo, exploraremos los secretos más fascinantes de la montaña sagrada de Tindaya, donde mito y realidad se entrelazan para crear una narrativa única y sorprendente.

Un Espectáculo Natural de Colores y Emociones

Este emblemático lugar nos regala un espectáculo de colores y emociones desde el amanecer hasta el atardecer. Cuando el sol comienza a salir, el cielo se llena de tonos impresionantes: rosa, azul, amarillo, turquesa… Al caer la tarde, estos colores se transforman en una paleta de naranjas y rojos que envuelven el horizonte.

Cada jornada en Tindaya es distinta, ofreciendo siempre un nuevo espectáculo natural. Mi amiga Inma, una verdadera majorera, me dijo una vez: “Si te sientas frente a la montaña sagrada al atardecer, verás algo nuevo y único cada día.” Cuánta razón tenía. Cada tarde, el paisaje se reinventa, las nubes crean formas nuevas y el sol nos regala una puesta majestuosa que conmueve hasta lo más profundo.

Los Misteriosos Grabados Podomórficos

Tindaya también es conocida por sus misteriosos grabados podomórficos. ¿Qué son estos grabados? Son figuras talladas en la roca que representan huellas humanas, realizadas por los aborígenes mahos, los primeros habitantes de Fuerteventura, hace miles de años.

Estos grabados no son simples marcas sin sentido. Su orientación precisa hacia eventos astronómicos, como el solsticio de invierno, demuestra que los antiguos habitantes de Tindaya tenían un profundo conocimiento del cielo y sus ciclos. Además, se ha descubierto que los grabados de Lanzarote están orientados hacia Tindaya, mientras que los grabados de Tindaya apuntan hacia la puesta de sol, conectando así la montaña con otras islas como Tenerife y Gran Canaria.

¿Cuál era el propósito de estos grabados? Aún es un misterio. Algunos estudiosos creen que tenían un propósito espiritual, mientras que otros piensan que eran una forma de medir el tiempo o rendir homenaje a los dioses. Lo que es indudable es que estos grabados confieren a la montaña un aura aún más mística y única.

Historia Moderna: Protección y Amenaza

Tindaya

En 1987, la montaña de Tindaya fue declarada Monumento Natural. Sin embargo, esto no la libró de la amenaza de la explotación. En 1991, se inició la extracción de traquita, una roca volcánica muy valorada en la construcción, lo cual dejó cicatrices visibles en la montaña y dañó muchas de las valiosas huellas podomórficas.

Actualmente, para proteger este tesoro cultural, se ha restringido el acceso a la montaña. Subir a Tindaya solo es posible si se obtiene un permiso de la Consejería del Medioambiente y se va acompañado por un guía autorizado. Esta medida busca preservar lo que queda de los grabados y garantizar que futuras generaciones puedan experimentar la magia de este lugar.

La Controversia del Proyecto de Eduardo Chillida

Los secretos de Tindaya no se limitan a sus grabados y su historia antigua. En los años 90, el escultor vasco Eduardo Chillida propuso una ambiciosa visión: crear una gigantesca caverna dentro de la montaña, un santuario que permitiría a los visitantes experimentar una sensación de inmensidad y conexión con la naturaleza.

Si bien la idea era poética y audaz, fue recibida con gran controversia. Algunos consideraban que esta intervención pondría en valor la montaña, mientras que muchos otros la veían como una amenaza a su integridad natural y cultural. Finalmente, el proyecto no se llevó a cabo, pero abrió un importante debate sobre el futuro de Tindaya: ¿debe ser protegida a toda costa o puede ser intervenida para otros fines artísticos?

Un Legado que Perdura

En la actualidad, Tindaya sigue siendo un lugar donde la historia, la espiritualidad y la naturaleza se entrelazan de manera única. Cada vez que observo la montaña, veo algo diferente, como si cada día quisiera contar una nueva historia.

La montaña de Tindaya es un recordatorio de lo que hemos sido y de lo que podemos ser. Es un lugar de respeto y espiritualidad, donde lo mágico y lo real coexisten en armonía. Ojalá podamos seguir protegiéndola, para que las generaciones futuras puedan también sentir su energía, maravillarse con sus secretos y desentrañar los misterios de este impresionante monumento natural.

Quizas te pueda otros articulos de Experiencias

Leave a Comment